Tomamos un taxi especial e iniciamos la ruta hacia allá. Más o menos unos 100 kilómetros de la capital.
Que hermoso lugar entre una pequeña villa, junto al rio Luján y la hermosa catedral. Recorrerla es estar en la historia, en el paseo, en la fé. Todo junto. Hay tiempo para todo.
La historia de la estatua de la Virgen cuya carreta que la transportaba quedó atascada en el lodo del camino, y la creencia de que no quería irse del lugar y ahi mismo construyeron ese hermoso lugar de peregrinaje. Es la misma historia que he oído de Nossa Senhora de Aparecida en Brasil y de la Virgen de Guadalupe en México. Un día especial : Luján!!!!
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